martes, 22 de febrero de 2011
Mi corazón en prosa. (Parte I)
Nuevamente al despertar, esa ilusión me inquietaba. Sin saber si realmente serías tú, caminé hacía esa misma puerta con la mirada firme y esperanzada, al abrirla, respire y un profundo dolor acudió a mis ojos, por recibir esa enorme cantidad de luz, que cegaba mi visión debido al largo y oscuro cautiverio voluntario al que me sometí. Tristemente la respuesta fue la misma de siempre, es decir, nada.
Como era de esperarse, mi corazón ya no se sorprendió, en un pausado minuto pude observar mi desolado panorama, donde solo un helado viento de invierno me abrazaba despiadadamente, y comencé a comprender que tan congelado estaba todo dentro de mí, que ni siquiera ese poderoso y terrible viento pudo erizarme la piel. No sé si me volví mas fuerte o mas indiferente al dolor; solo sé que volver a amar será algo difícil, sobretodo, encender de nuevo la locura que eleva al tope las emociones que quedaron abandonadas en lo más profundo de mi enorme corazón.
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